Lactancia y vuelta al trabajo

Lactancia y vuelta al trabajo 3

LACTANCIA Y VUELTA AL TRABAJO

Mi hija no sabe de horarios de oficina, de jornadas laborales y reuniones programadas. No puedo explicarle con profundas estrategias argumentativas que mamá es mamá, pero también es una mujer con una carrera profesional. Contarle que la vida que quiero para ella no se paga sola.

No voy a mentirles. La vuelta al trabajo me estrujó cada centímetro de mi existencia.
Me pesó despedirme de ella el primer día, aun sabiendo que quedaba en las mejores manos. Me pesó volver a un antiguo lugar siendo una nueva yo, como una pieza de rompecabezas que no calza. Al torbellino emocional se sumaba el temor de perder lo que, para mí, había sido un logro repleto de dificultades: sostener la lactancia pasando tantas horas fuera de casa.

¿Y si no quiere más la teta? ¿Si no toma la mamadera y pasa hambre? ¿Si me quedo sin leche?

“Se puede continuar con la lactancia cuando retomamos el trabajo fuera de nuestra casa. Es un gran mito que no sean compatibles y,  muchas veces, lamentablemente, es motivo de destete prematuro. Pero, por supuesto que se trata de un trabajo adicional que requiere preparase con tiempo,  organización e información oportuna. Se trata de una nueva etapa en la lactancia con nuestro bebé, en la cual florecen nuevas emociones y sentimientos”, señala Dani Cimma @danicimma_lactancia, egresada en ACADP y especialista en lactancia materna por EDULACTA España.

Si estás próxima a regresar al mundo laboral, el estudio o si simplemente deseás mayor flexibilidad en el momento de la alimentación, te ofrecemos una guía rápida sobre la extracción de leche materna, almacenamiento y posterior uso, para que puedas construir las herramientas para acompañar este proceso con seguridad y tranquilidad.

Los beneficios de usar un extractor de leche
La mayoría de las mujeres comienza a extraer leche después de los 6 meses, pero puede haber circunstancias en las que necesita hacerlo antes. Para extraer la leche, se usa un extractor de leche manual o mecánico, según las preferencias o las posibilidades de cada mamá. También es posible a partir de la compresión manual de los pechos.

Algunas madres encuentran útil extraer leche al principio, especialmente si su bebé tiene problemas de agarre de pecho, ya que así contribuyen a iniciar el suministro de leche.
Una vez que se haya establecido la lactancia materna, otras mamás eligen extraer leche para que su pareja pueda ayudarlas con la alimentación durante la noche o si regresan al trabajo.
Son variadas las necesidades que pueden motivarte a hacerlo.

¿Cómo elegir el mejor sacaleches para vos?
Existen diferentes tipos de extractores de leche que podés elegir y beneficios diferentes para cada uno. Para encontrar el adecuado para vos, buscá una opción diseñada para ayudarte a sentirte cómoda, y considerá tu estilo de vida. ¿Preferís un aparato que esté diseñado para extraer sobre la marcha? ¿O simplemente necesitás algo que te permita extraer leche rápidamente?

Preparación para la extracción
Raquel Holzhaus @puericultora.raquel.h, puericultora  especializada en salud mental perinatal, nos brinda algunos consejos para preparar la extracción (sea manual o con sacaleches):
“Buscá el ambiente más tranquilo para comenzar, donde te sientas cómoda. Si es en tu casa y tu bebé duerme, podés hacerlo en el mismo espacio. Observarlo y estar cerca favorecerá al estímulo de oxitocina para que sea más sencilla tu producción de leche. Si estás lejos del bebé,  sería bueno que veas alguna foto o video o tomar alguna pequeña prenda de ropa con su aroma (gorrito, media, babero)”. ¡Involucrá todos tus sentidos!

Es importante que comiences a familiarizarte con el sacaleches e inicies la extracción al menos un mes antes. Requiere tiempo aprender a identificar en qué momento del día nuestra producción es mejor y habrá ocasiones en las que no logres extraer la cantidad deseada. Es normal. ¡No te fruestres ni pases largo tiempo aferrada al sacaleches! Varias sesiones más cortas funcionan mejor que pocas y más largas que pueden resultar dolorosas.

La extracción NO DEBE DOLER.
Algunas técnicas de relajación, masajes en el pecho y compresas tibias, durante algunos minutos antes de extraer la leche, también podrían ayudar.
IMPORTANTE: Las extracciones pueden ser escasas en volumen, pero de ninguna forma representa lo que tu bebé obtiene cuando lo amamantás.
Te compartimos algunos datos de utilidad para la manipulación, almacenamiento, traslado y posterior uso de la leche materna, según la Liga de la Leche Argentina:

Conservación y manipulación de la leche materna:

  • A temperatura ambiente (hasta 25°C): unas 8 horas.
  • En la heladera (0- 4°C): 72 horas. Es importante evitar puertas y ubicar en la zona más fría y estable.
  • En los congeladores dentro de la misma heladera (-15°C): 2 semanas.

En los freezer, suelen aparecer dos indicaciones dependiendo del uso del electrodoméstico en cuestión:

  • Si es el freezer que utilizamos para guardar otros alimentos, donde frecuentemente abrimos la puerta: 3 meses (no guardar en la puerta)
  • Si es un freezer separado con temperatura constante (-19 grados): 6 meses. Algunas fuentes señalan 12 meses como “aceptable”, aunque no ideal.
  • La leche congelada puede estar 24hs en la heladera descongelándose.

Otros datos de utilidad:
Los restos de leche congelada y calentada que el bebé no ha consumido (y con la que no estuvo en contacto), se pueden guardar durante los 30 minutos posteriores a la toma. Luego hay que desecharla. ¡No se puede volver a calentar! Por este motivo, te sugerimos no almacenar frascos o bolsas con demasiados ML a fin de no desperdiciar.

Se pueden agregar pequeñas cantidades de leche extraída al mismo recipiente de la heladera donde ya guardaste de una extracción anterior, siempre que la leche que desees añadir se haya enfriado previamente y alcanzado la misma temperatura. No agregues leche a temperatura corporal/ambiente a leche que ya esté fría. ¡Esperá y luego mezclá!

Almacenamiento de la leche materna:

Al momento de elegir dónde almacenar la leche, hay una premisa básica: deben ser APTOS para uso alimentario. No todos los plásticos lo son.

¿Cuáles serían los más adecuados?

  • Los frascos o vasos conservadores de leche.
  • Bolsas descartables para almacenar leche materna.
  • Las mamaderas también sirven. Se guarda con la tapa, no con la tetina.

Tanto los frascos como las bolsas tienen espacio para rotular con fecha y cantidad de ml.

IMPORTANTE: Los frascos para análisis de orina están desaconsejados. Están esterilizados con óxido de etileno y las variaciones de temperatura pueden transferir la sustancia a la leche.

Transporte de leche materna:
Si realizás la extracción fuera de tu casa (por ejemplo, en el lactario de tu trabajo), sugerimos disponer de alguna pequeña heladera portátil o bolso con aislante térmico que te permita mantener la leche refrigerada durante el trayecto a tu hogar. Podés introducir una bolsa o bloque de hielo junto al recipiente para conservar la baja temperatura.

¿Cómo descongelar la leche materna?
La mejor forma de descongelar la leche es la pérdida de frío progresiva, por eso  no debe hervirse ni utilizar el microondas.

Recordá: La leche materna no se “calienta”. En todo caso, lo que hacemos es quitarle el frío para asemejarla a la temperatura en la que sale de nuestro cuerpo.

Algunas opciones para descongelar tu leche:

  • Bajar los frascos o bolsas cerradas a la heladera la noche anterior.
  • Calentar el recipiente a falso baño maría (es decir, no sobre el fuego directamente) o bajo el chorro de agua e ir dejando que el agua salga progresivamente más caliente hasta lograr descongelar la leche y que ésta alcance la temperatura ambiente.
  • Usar el calentador de mamaderas.

Algunos comentarios finales:

  • No dejes que la leche materna congelada se descongele a temperatura ambiente, porque las bacterias proliferan.
  • Tampoco te asustes si notás que la leche se “separa” en dos partes, una más grasa y otra más liquida. ¡Sacudís un poco y listo!
  • Y por último: Si el bebé ya ha comenzado a tomar la leche y queda resto en la mamadera, descartar y no guardar para su utilización posterior.
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