Ya olvidarás al osito que hoy te cuida las espaldas, custodia tus sueños, y recibe con tierna pasividad abrazos que estrujan.
Quedarán atrás los berrinches novelescos, los pasos tambaleantes.
Los balbuceos y sonidos indescifrables pronto serán palabras, oraciones, charlas compartidas
Dejarás de confiar en mí para seleccionar tu ropa. Atarás tus cordones y cargarás tu mochila. Pronto sabré cuál es tu color favorito.
Elegirás el nombre de tus muñecos, leerás tus propios cuentos y cantarás tus canciones predilectas de alguna bandita de moda.
Tu mundo se expanderá, traspasará las paredes del hogar que hoy te cobija para conquistar nuevos espacios lejos de mí. El jardín, la seño, los cumpleaños.
Pronto me sorprenderás con preguntas existenciales, con un cuerpo de nena.
Mi leche ya no será alimento
Mientras tanto, te abrazo fuerte, mi bebita de ojos otoñales.
Mi niña eterna.