Con @rcpediatrica_rcp, derribamos algunos “remedios populares”:
DENTÍFRICO/MANTECA EN QUEMADURAS
Es cierto que aportan un efecto refrescante inmediato, pero se trata de una falsa mejoría ya que ninguna logra enfriar ni lo superficial y ni en profundidad y ambas ensuciar la herida y puede empeorar la evolución.
Para el correcto tratamiento de las quemaduras en casa, es necesario enfriar la zona del cuerpo afectada inmediatamente. La solución + eficaz es aplicar abundante agua fría (dejar correr el agua de la canilla sobre la zona quemada) durante 15 a 20 minutos para enfriar lo superficial y en profundidad. Esto evita que los tejidos sigan quemándose y ayuda a anestesiar la zona.
INCLINAR LA CABEZA HACIA ATRÁS PARA DETENER UNA HEMORRAGIA NASAL
Lo que ocurre es que la sangre, en lugar de salir por el orificio nasal, se dirige a la parte posterior de la nariz y por ende a la vía aérea.
La mejor forma de detener el sangrado es aplicar presión en la parte blanda de la nariz e inclinarse hacia adelante durante unos minutos. Un poco de frío en esta área también puede resultar útil
SE GOLPEÓ LA CABEZA… ¡NO LO DEJES DORMIR!
El sueño no empeora la evolución del traumatismo: lo único que hace es impedir detectar cambios de conducta/nivel de conciencia.
Por eso mismo, se debe estar atento a la aparición de determinados síntomas (vómitos, dolor de cabeza, perdida de conocimiento, entre otras), la gravedad del golpe y la edad del pequeño. Si no se presenta ningún síntoma, se recomienda dejar dormir al niño si es horario habitual de sueño y despertarlo una vez por hora para verificar su nivel de conciencia.
GOLPEAR LA ESPALDA ANTE UN ATRAGANTAMIENTO
Es una práctica casi instintiva. No obstante, esta acción le resta fuerza a la tos que es nuestra gran aleada.
Si el niño/a puede toser, lo mejor es dejar que el reflejo natural de la tos haga su trabajo. Si la obstrucción se transforma en severa y el niño no puede toser, será necesario aplicar la maniobra de Heimlich lo antes posible, sin perder tiempo dando golpes en la espalda.
